viernes, 10 de abril de 2009

Pensar que vivimos, porque nos lo han repetido cien veces, y lo seguiremos escuchando hasta tener un argumento valido para decir lo contrario.
Más, por ahora, yo solamente tengo la certeza de que en el fin un inicio se esconde, si muere también algo nace, ciclo de profundidades y tierras, espirales infinitos de oscuras sombras y bellezas de jardines de andaluz. La vida y la muerte. Siendo esto lo que también han dicho, pero como el vivir lo eh visto y el morir no, prefiero creer en lo segundo, nada más así, porque de este modo somos los humanos, bipolares, con amor y sin él, con ganas, sin deseos. Preciosas pieles de luz lunar o espectros inmundos, condenados de espejos verdes.

Si pensamos en vivir, en todos sus placeres, desgracias y tragedias ¿Por qué no pensar en morir?, y aunque las dos son reales (según lo que nos han dicho), nuestro punto (si esto tiene algún fin) estaría en probar si vivimos, respiramos, sentimos, existimos, y demás dolencias filosóficas y técnicas, ¿no? para esto el suicidio, ¿no?
Si este fuese el caso, ¡sería genial probarlo! Pero no todos tenemos el valor, o la cobardía, como queráis llamarlo. Razones nos impulsan, validas, huecas o lo suficientemente cuerdas para que todos acierten. Si bien quedas en pena, es un pecado, o simplemente no entra en los cánones de una sociedad con valores, leyes, dignidad y miedo, no solo retorcer tus venas o demacrar tu cuello te salvará de seguir respirando. Si respirar es vivir, no habrían médicos, menos un psicólogo y la palabra Artista ni siquiera existiría. Siendo el suicidio un escape, un placer, una obsesión. No! Es miedo, miedo a morir o seguir respirando. Una decisión. Un tabú.
Teniendo en cuenta el miedo es odio.

Tememos por nuestras almas y su fin más que por el mismo sufrimiento que simboliza el dejar de respirar, ver el cielo y nuestro amor. ¡Sois libres al no tener nada de esto! Un desgraciado y un afortunado.
Es de libre albedrío desangrar tus hermosas muñecas inocentes por puro placer a tu morbo ¡o como queráis dar fin a tu estancia en esta realidad! Si bien te hace felíz.